El Último puerto del Capitán Montaner

En una noche de tormenta, un viejo carguero llega a un puerto olvidado. Su capitán entra en una decadente taberna. Allí se encontrará a un enigmático personaje que le invitará a recordar su vida. Entre recuerdos, poemas y canciones, el capitán revive amores y aventuras en todos los mares del mundo.

La obra se sitúa en un terreno entre lo onírico y lo absurdo, entre la vida y la muerte, entre el drama existencialista y la carcajada inesperada. Una experiencia que invita a cuestionar, a sorprenderse y a dejarse llevar por una historia que no deja indiferente.

Dirigido y representado por Agustín Ramos Montaner, “El último puerto del Capitán Montaner”, es un espectáculo tan entrañable como original.

Nota biográfica :

Agustín Ramos Montaner, economista, empresario y poeta, se formó como actor en los años 80 en las escuelas de William Layton, en Gabinete de Teatro de Enriqueta Bullrich y, sobre todo, bajo la tutela del maestro Ángel Gutiérrez en el Teatro de Cámara de Chejov. Su vida, diversa y poliédrica discurrió después por otros derroteros: economía y logística, cargos directivos en multinacionales y empresario en negocios de moda, inmobiliaria y náutica entre múltiples viajes a medio mundo. Desde 2017 ejerce también como  profesor de Macroeconomía y Economía Asiática en la Universidad de Castilla-La Mancha, experiencia que le ha aportado una mirada amplia sobre el mundo, el tiempo y las estructuras sociales.

En 2024, animado por su viejo amigo y maestro, el prestigioso director teatral Ángel Gutiérrez, decide regresar a la escena y funda Lalunaytú Producciones, una casa de sueños escénicos que fusiona teatro, música, reflexión y poesía de diferentes culturas. Su objetivo: no sólo entretener al espectador sino provocar en él una honda emoción y la convicción de que el alma humana comparte miedos, pasiones y anhelos más allá de fronteras geográficas y culturales.

Su proyecto emblemático, “El último puerto del Capitán Montaner”, nos habla del sentido de la vida como una singladura plagada de canciones, recuerdos, nostalgias y humor iconoclasta. Montaner emerge así como un autor heterodoxo y un intérprete completo que pretende descender con el espectador a las sentinas del alma humana para izarla después en el palo mayor.